Las ventajas de un servidor dedicado con el precio de un hosting compartido.
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Tener una página web segura es, hoy por hoy, más que un lujo: es una necesidad primordial. La navegación en internet está plagada de riesgos, fraudes y ataques, por lo que contar con un protocolo de cifrado como SSL no es opcional, sino un requisito que además de proteger, otorga una mayor credibilidad. Un usuario, al momento de decidir si compra, deja sus datos o simplemente se queda en tu página, busca señales de seguridad.
Para muchos, la simple aparición de un candado o la presencia del “https://” en la barra de direcciones hace toda la diferencia. Es como si le dijeras: “Oye, aquí tus datos no se van a filtrar tan fácilmente”. Y si hablamos de los motores de búsqueda, bueno, hace un tiempo anunciaron su preferencia por los sitios que implementan SSL. Con ello, se facilita un mejor posicionamiento y se reduce la tasa de rebote, ya que el visitante encuentra mayor confianza en tu web.
Robo de información: Sin encriptasión, tu sitio podría exponer contraseñas, datos personales y otra información delicada. Un ciberdelincuente podría interceptar estos datos y usarlos para fines poco éticos.
Falsificación de identidad: Es más fácil que alguien imite tu web si no cuentas con un Hostname y un certificado que identifiquen de manera confiable a tu servidor.
Penalizaciones en buscadores: Cada vez más, los motores de búsqueda penalizan la falta de seguridad. Un sitio sin SSL puede quedar rezagado en las páginas de resultados y perder oportunidades de ser descubierto por el público ideal.
Con todo esto, ya ves que no solo es cuestión de moda o apariencia: activar SSL en tu Hostname significa proteger tu esfuerzo y transmitir confianza a tus visitantes.
El SSL (Secure Sockets Layer), aunque también se habla ya más de TLS (Transport Layer Security), es un protocolo de cifrado que protege la comunicación entre el servidor y el navegador de tus usuarios. Así evitas que, en caso de que alguien intercepte la información, esta aparezca legible. En lugar de texto plano, la data se encuentra cifrada, y desencriptarla sin la clave correcta es una tarea monumental para atacantes.
Antes de la llegada masiva de estos certificados, mucha gente ignoraba los riesgos de la web. Hoy sabemos que no es algo menor: compartir datos personales, tarjetas de crédito o correos electrónicos en un sitio sin protección es similar a dejar las puertas de tu casa abiertas. Por eso, el SSL brinda ese escudo adicional con el que te sientes seguro al intercambiar datos.
Certificados de validación de dominio (DV): Son más básicos, confirman que el solicitante es dueño del dominio.
Certificados de validación de organización (OV): Proporcionan más información, pues validan datos de la organización o compañía detrás del dominio.
Certificados de validación extendida (EV): El más alto nivel, válido cuando necesitas dar una confianza extrema, ya que el proceso de verificación es muy riguroso.
Independientemente de cuál elijas, la clave radica en activar SSL en tu Hostname para ganar la confianza de tus usuarios y mejorar tu reputación. Lo interesante es que, hoy en día, existen métodos para hacerlo de manera bastante sencilla, sin ser un experto.
El Hostname es el nombre único que identifica a un servidor en la red. Piensa en él como si fuera la “matrícula” que registra a tu equipo en internet. Sin ese nombre, resultaría complicado ubicar dónde están alojados tus archivos y tu sitio. Para que un certificado SSL funcione adecuadamente, debe asociarse al Hostname correcto, de tal manera que cuando un visitante llegue a tu dominio, exista coherencia entre el nombre que se “promete” y el que responde.
Si tu servidor se llama, por ejemplo, “server.ejemplo.com”, necesitas que el certificado SSL coincida con ese nombre. De lo contrario, recibirás advertencias en el navegador del tipo “Este sitio no es de confianza” o “Tu conexión no es privada”. Esas alertas, como te imaginarás, alejan a los usuarios y generan desconfianza inmediata.
El Hostname no coincide: Un problema típico se da cuando el usuario configura un certificado para “host.midominio.com” pero realmente el servidor se llama “host.otracosa.com”.
Falta de registro DNS: A veces, se olvida apuntar la dirección IP del servidor al Hostname. Si no hay correspondencia a nivel DNS, el certificado no se validará.
Uso de Hostname genérico: Aunque a veces se inicia con un nombre temporal (tipo “server1”), es recomendable configurar uno definitivo y asociado a tu dominio real para que tu imagen sea más profesional y evites complicaciones.
Con el Hostname en regla, dar el salto para activar SSL en tu servidor será mucho más sencillo y, sobre todo, efectivo.
En este apartado, te mostraré los pasos básicos que, en la mayoría de los paneles o entornos de administración de servidores, te permitirán activar SSL. No recomendaré herramientas específicas ni marcas, porque la idea es que la base te sirva independientemente de la solución que uses.
Antes de todo, asegúrate de que tu dominio apunte correctamente a tu servidor. Ingresa al panel de tu proveedor de dominios y verifica que los registros A, CNAME o los que correspondan indiquen la IP adecuada. Este paso es fundamental para que, cuando generes el SSL, no haya confusiones.
Verifica ortografía en tus registros DNS. Un error mínimo puede provocar que no resuelva correctamente el servidor.
Espera el tiempo de propagación (puede tardar algunas horas). No desesperes ni cambies la configuarción con prisa, pues podrías romper algo sin darte cuenta.
Dependiendo de la interfaz de tu panel de control, encontrarás la opción para generar un CSR (Certificate Signing Request), que no es otra cosa que un bloque de texto con información de tu dominio y tus datos. Con este archivo, la autoridad certificadora confirma que la identidad del servidor coincide con la que estás solicitando.
El Common Name debe ser el Hostname del servidor (por ejemplo, “server.misitio.com”).
Asegúrate de incluir datos correctos sobre tu organización (o tu nombre personal, si es el caso) para evitar problemas de validación.
Guarda una copia del CSR y de la clave privada en un lugar seguro.
Una vez que tienes el CSR, la autoridad te emite el certificado. Lo recibirás como uno o varios archivos en formato .crt o .pem (dependiendo del tipo). Tu misión es subirlos al servidor y aplicarlos al Hostname. En tu panel, debes encontrar la sección “Administración de SSL/TLS” o algo similar.
Ingresa a esa sección.
Selecciona la opción para instalar un nuevo certificado.
Copia y pega el contenido emitido por la autoridad o bien sube el archivo correspondiente.
Verifica que el Hostname coincida con el del CSR que generaste.
Este punto varía según el software que uses (por ejemplo, un servidor web como Apache, Nginx u otro). En tu archivo de configuración, deberás especificar la ruta donde se encuentran el certificado y la clave privada. Asegúrate de que las rutas sean correctas y de que el servidor esté configurado para escuchar en el puerto 443 (el estándar de SSL).
<VirtualHost *:443>
ServerName server.misitio.com
SSLEngine on
SSLCertificateFile /ruta/hacia/tu_certificado.crt
SSLCertificateKeyFile /ruta/hacia/tu_clave_privada.key
SSLCertificateChainFile /ruta/hacia/tu_certificado_ca.crt
# Más directivas de tu config…
</VirtualHost>
No olvides que cada sistema tiene sus peculiaridades, pero la lógica es siempre parecida: indicar al servidor dónde están los archivos y habilitar la encriptasión.
Después de realizar cambios en la configuarción, lo normal es reiniciar los servicios de tu servidor web. Revisa que todo inicie sin errores:
Puedes usar algún comando desde la línea de comandos, si tienes acceso a tu servidor por SSH, que verifique la sintaxis (algo como “check config” o “test config”).
Si se produce un error, revisa rutas y nombres.
Una vez que has instalado el certificado, necesitas verificarlo. No querrás esperar a que sean los usuarios quienes te digan que algo no marcha bien. Existen herramientas gratuitas y métodos rápidos para asegurarte de que el SSL está operativo.
Accede a la URL “https://server.misitio.com” (usando el Hostname en lugar de “www”).
Observa el ícono de candado en la barra de direcciones.
Haz clic en él para ver los detalles del certificado. Confirma que no aparezcan mensajes de alerta.
Existen servicios online que revisan tu instalación de SSL y te dan un reporte de seguridad. Muestran si el Hostname coincide, si la cadena de certificados está completa y si hay alguna vulnerabilidad. Aunque no mencionaré nombres concretos, los encuentras fácilmente con una búsqueda rápida.
Si en los resultados aparece algo como “Chain issues” o “Certificate name mismatch”, deberás regresar a tu configuarción y corregir errores.
No desesperes si algo falla en el primer intento. Es habitual encontrar algunos tropiezos. A continuación, una lista de los errores más frecuentes y cómo resolverlos:
Certificado caducado: Verifica la fecha de vigencia y renueva si ha expirado.
Ruta de archivos incorrecta: Asegúrate de no cometer faltas de ortografía o ubicar los archivos en carpetas equivocadas.
Puerto 443 bloqueado: Consulta tu firewall o proveedor de servicios para que permitan el tráfico HTTPS.
Múltiples certificados para el mismo Hostname: A veces se instalan varios certificados sin darse cuenta, generando conflicto. Deshabilita los que no uses.
Permisos erróneos en archivos: El servidor web necesita poder leer la clave privada y el certificado, pero nunca deben ser accesibles al público en general. Revisa los permisos.
Implementar SSL no solo protege la transferencia de datos. También ofrece otro tipo de ventajas muy apreciadas en la vida digital de un sitio web.
Los visitantes de tu página tendrán la certeza de que es un lugar donde sus datos no se pondrán en riesgo. Ello se refleja en una mayor interacción, posibilidad de repetir visitas y un aumento en la tasa de permanencia.
Aunque nadie garantiza los primeros puestos, sí se sabe que los motores de búsqueda consideran un plus el uso de SSL. Sumado a un buen contenido, esto puede ayudarte a ascender.
Cada vez más, las leyes exigen mayor protección de datos. Al contar con SSL, estás cumpliendo con estándares básicos de cifrado que evitan posibles sanciones o problemas legales.
Un Hostname configurado con SSL abre las puertas a integraciones con APIs, servicios de correo seguro y otras funciones que requieren conexiones cifradas.
Contar con un certificado no es algo que instalas una vez y olvidas para siempre. Hay tareas recurrentes que, si descuidas, pueden causarte dolores de cabeza.
Todos los certificados tienen una fecha de caducidad. Asegúrate de anotar en tu calendario la fecha límite de renovación. Un certificado vencido provoca errores en los navegadores y aleja usuarios.
Mantén tu sistema operativo y tu software de servidor actualizados. A veces, surgen vulnerabilidades que pueden ser explotadas. No dejes de revisar los boletines de seguridad o notificaciones del panel.
Si en alguna ocasión sospechas que tu clave privada ha sido expuesta, lo recomendable es revocar el certificado de inmediato y solicitar uno nuevo. Dejarlo sin revocar abre una puerta peligrosa a posibles ataques.
Si bien activar SSL es el primer paso hacia un sitio web seguro, hay otras medidas que puedes implementar para robustecer la seguridd de tu servidor.
Configura cabeceras como Strict-Transport-Security (HSTS)
, X-Frame-Options
o Content-Security-Policy
. Estas directivas le indican al navegador cómo tratar la información y restringen comportamientos que pueden ser vulnerables.
<IfModule mod_headers.c>
Header always set Strict-Transport-Security "max-age=31536000; includeSubDomains"
</IfModule>
Esto obliga a los navegadores a usar siempre HTTPS con tu sitio, incluso cuando alguien intente acceder por error con HTTP.
Si tu sitio era accesible por HTTP, no olvides redirigir todo el tráfico a HTTPS para que no existan enlaces viejos o accesos inseguros. Una redirección 301 indica que el contenido se ha movido de manera permanente.
Mantén solo los puertos que uses. El 80 (para HTTP) puede mantenerse abierto inicialmente para la redirección, pero si no lo necesitas, ciérralo. Lo mismo con otros puertos como el 21 (FTP) si prefieres un método de transferencia más seguro.
Un error común es creer que la seguridd es algo que se configura una vez y listo. Pero la realidad es distinta: la tecnología avanza, las vulnerabilidades cambian, y tus necesidades pueden crecer.
No tiene mucho sentido tener SSL si, al mismo tiempo, usas contraseñas “123456” para acceder al panel de administración. Asegúrate de que tus contraseñas sean complejas y renueva periódicamente los accesos.
Instala o habilita un sistema de alertas que te avise si el servidor se cae o si detecta actividad sospechosa. Un monitoreo en tiempo real te permite reaccionar antes de que el problema se haga enorme.
Cuando ya hayas dejado tu servidor impecable, con tu Hostname y tu certificado SSL funcionando a la perfección, respáldalo todo. En caso de un fallo o un borrado accidental, podrás restaurar con un par de clics.
No importa si tu sitio es un blog personal, un ecommerce, una plataforma de cursos o una herramienta de colaboración: tarde o temprano, un visitante revisará la seguridad. Pero hay casos donde es todavía más fundamental:
Cuando se manejan datos de tarjetas de crédito y pagos, el SSL es innegociable. Los usuarios exigen cifrado y, de lo contrario, no se completarán las transacciones.
Si ofreces un servicio que requiere inicios de sesión, subir archivos o compartir información, sin SSL estás exponiendo la data de tus clientes.
Aunque sea una plataforma que solo usa tu equipo, la información viaja por internet. Tener un Hostname con SSL evita que alguien intercepte credenciales de acceso a paneles internos.
Dependiendo de la autoridad que te emita el certificado, el proceso de validación puede variar. A veces basta con demostrar que controlas el dominio (por medio de un archivo HTML o un registro DNS), otras requieren comprobantes más formales.
Se envía un correo a la dirección de registro o se pide que coloques un archivo en el servidor que demuestre que posees el dominio.
Es sencillo y rápido, recomendable para proyectos que no requieran una verificación exhaustiva.
Aquí se revisan datos de la organización, dirección, teléfono y puede que exijan documentación.
Otorga un nivel mayor de confianza, pero el proceso es algo más largo.
Usado por proyectos que requieren la máxima verificación, como sitios oficiales de instituciones importantes.
La autoridad revisa a detalle toda la información legal de la entidad solicitante.
Cualquiera que sea el tipo, recuerda siempre revisar que el Hostname esté correctamente especificado en la petición del certificado para evitar problemas de coincidencia.
Un Hostname con SSL no solo sirve para la web. Existen muchos servicios que se benefician del cifrado:
Correo electrónico seguro (IMAPS, SMTPS).
Conexiones de escritorio remoto con certificados.
SFTP en lugar del FTP tradicional.
Configurar un nombre único y tener un certificado adecuado permite que, por ejemplo, tu cliente de correo no arroje advertencias al conectarse al servidor.
Existen certificados de pago y gratuitos, todos con distintos niveles de soporte y validación. Pero, sin importar la elección, lo fundamental es que sean emitidos por una autoridad reconocida. Los certificados auto-firmados solo son válidos para uso interno o de pruebas.
Gozan de la confianza de todos los navegadores populares.
Ofrecen garantías sobre el cifrado y la identidad del solicitante.
Evitan mensajes de error que espanten a la audiencia.
No son recomendables para sitios de cara al público, pues no pasarán la validación de navegadores.
Sí pueden usarse en entornos de prueba, laboratorios o procesos internos en los que el usuario confíe plenamente en el certificado.
Cuando administras un servidor, es normal que te lleguen consultas de usuarios o clientes que dicen: “Oye, me sale un error de conexión insegura”. Aquí algunas posibles respuestas que puedes darles:
Error de nombre no coincidente
“Estás intentando acceder al dominio subdominio.tudominio.com, pero el certificado está emitido para server.tudominio.com”.
Solución: Explicar que deben acceder exactamente al dominio que coincida con el certificado o instalar un certificado tipo wildcard que cubra subdominios, si aplica.
Certificado caducado
“El navegador indica que el certificado expiró hace tres días”.
Solución: Renovar el certificado cuanto antes y reinstalarlo.
Sitio con contenido mixto
“Aparece un ícono de advertencia en lugar del candado completo”.
Solución: Actualizar los recursos (imágenes, scripts, CSS) para que se sirvan por HTTPS en lugar de HTTP.
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