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Tener un dominio propio en tu tienda online va mucho más allá de un detalle estético. Representa profesionalismo, transmite confianza y ayuda a que los clientes recuerden tu marca con mayor facilidad. Aunque Shopify ofrece un subdominio gratuito, usar uno personalizado marca una diferencia enorme.
Muchas personas se asustan porque creen que configurar un dominio es solo para expertos en tecnología. La realidad es que no es tan complicado si sigues los pasos correctos y tienes un poco de paciencia.
Proyectar confianza es uno de los principales motivos para usar un dominio propio. Cuando los clientes ven una dirección clara y directa, sienten que están en un sitio serio y que detrás hay personas comprometidas. Esto aumenta mucho la probabilidad de compra.
Además, tener un dominio claro ayuda a mejorar el posicionamiento en buscadores. Google valora mucho las páginas con dominio propio y penaliza los subdominios genéricos. Si quieres aparecer en mejores posiciones, este paso es clave.
También está el tema de la recordación de marca. Un nombre corto, fácil de pronunciar y escribir se queda en la mente de los usuarios. La próxima vez que quieran comprar algo, probablemente escribirán directamente tu dirección en el navegador, sin pasar por buscadores ni anuncios.
Existen varias maneras de conseguir un dominio. Puedes comprarlo directamente desde el panel de Shopify, conectar uno que ya hayas adquirido en otro sitio o transferirlo para gestionarlo completamente desde la plataforma.
Comprar el dominio desde Shopify suele ser la opción más sencilla, porque ellos mismos se encargan de la configuración inicial. Sin embargo, muchas personas prefieren usar un dominio comprado en otro proveedor para mantener el control total y poder usarlo también para correos electrónicos u otros proyectos futuros.
Transferir el dominio significa mover toda la gestión a Shopify. Esto puede ser útil si quieres centralizar todo, pero suele ser un poco más complejo y en muchos casos no es necesario.
Antes de comenzar con la configuración, necesitas tener acceso al panel donde compraste tu dominio. Ahí es donde vas a poder cambiar los registros DNS, que son los que indican a dónde deben ir las visitas cuando escriben tu dirección.
También es importante decidir cuál será tu dominio principal. Algunas personas compran varias versiones (con y sin “www”, con diferentes terminaciones) para proteger la marca. Elegir una como principal y redirigir las demás ayuda a evitar confusiones y problemas con el posicionamiento.
Ten en cuenta que los cambios pueden tardar en propagarse. A veces se ven rápido, en pocas horas, pero en otros casos pueden demorar hasta 48 horas o más. No te preocupes si no ves la web funcionando de inmediato.
Primero, entra a tu cuenta de Shopify y busca la sección de dominios en el menú de configuración. Ahí encontrarás un botón que dice “Conectar dominio existente”.
Cuando hagas clic, te pedirá que ingreses el nombre de tu dominio. No es necesario poner “http://” ni “www”, solo la dirección principal.
Una vez hecho esto, Shopify te ofrecerá la opción de conectarlo automáticamente si tu proveedor está en su lista. Esta es la forma más sencilla, porque solo necesitas iniciar sesión y autorizar el acceso. Shopify se encarga de modificar los registros por ti.
Si tu proveedor no aparece, tendrás que hacerlo manualmente. Ingresa al panel donde compraste el dominio y busca la sección de DNS. Ahí verás varios registros, pero los que te interesan son el A y el CNAME.
El A Record normalmente apunta a una IP específica que Shopify te mostrará. Es la dirección principal que indica a Internet hacia dónde tiene que ir el visitante.
El CNAME es para el subdominio “www” y debe apuntar a la dirección que Shopify indique, que generalmente es algo como shops.myshopify.com.
Una vez modificados estos registros, regresa a Shopify y haz clic en “Verificar conexión”. Si todo está bien, Shopify te dirá que ya está funcionando. Si aparece un error, revisa letra por letra. A veces un simple punto de más puede hacer que la web no funcione.
Uno de los errores más frecuentes es escribir mal la IP o la dirección del CNAME. Revisa varias veces y compáralo exactamente con la información que da Shopify.
Otro problema común es desesperarse por la propagación. Muchas personas cambian los registros varias veces seguidas pensando que cometieron un error, y eso solo empeora la situación. Lo mejor es cambiar una vez, esperar y verificar con calma.
Si utilizas correos con tu dominio, ten cuidado con los registros MX. Si los modificas por accidente, tus correos pueden dejar de funcionar.
Una de las principales ventajas es la confianza que transmite. Una web con dominio propio demuestra que el negocio es serio y estable.
Otra ventaja importante es la mejora en el SEO. Un dominio propio ayuda a que Google entienda mejor tu marca y aumente la relevancia de tus páginas.
Además, tendrás más control sobre tu marca. Al ser dueño del dominio, nadie más puede usarlo ni copiarlo. Podrás crear subdominios, redirecciones y usar correos corporativos con tu nombre, lo que refuerza tu identidad.
Además del dominio principal, puedes crear subdominios para diferentes secciones. Por ejemplo, “blog.tutienda.com” para el blog o “soporte.tutienda.com” para el área de ayuda.
Para hacerlo, necesitas crear registros CNAME nuevos en tu panel DNS y luego agregarlos en Shopify. Esto permite dividir la tienda en varias partes sin perder coherencia de marca.
Nunca olvides renovar tu dominio. Si se vence, alguien más podría comprarlo y podrías perder todo el trabajo.
Es fundamental tener actualizados los datos de contacto en el panel del dominio. De lo contrario, podrías perder acceso o no enterarte de notificaciones importantes.
También es clave revisar de vez en cuando los registros DNS para asegurarte de que no haya cambios no autorizados. Si el panel queda abierto o alguien accede sin permiso, podrían modificar registros y dejar la web fuera de línea.
Usar un correo con tu dominio (por ejemplo, contacto@tutienda.com) transmite mucho más profesionalismo que un correo genérico. Además, es más fácil de recordar y refuerza la marca cada vez que lo uses.
Muchos proveedores de dominio permiten crear estos correos desde el mismo panel. Asegúrate de no modificar los registros MX si ya los tienes configurados para el correo.
Si tienes varias versiones de tu dominio, es clave que todas redirijan al principal. Esto evita que se disperse el tráfico y mejora la autoridad del dominio.
En Shopify puedes elegir cuál será el dominio principal y activar las redirecciones automáticas desde el panel. De esta forma, no importa si alguien escribe con o sin “www”, siempre terminará en la misma página.
Una vez configurado, usa siempre tu dominio en todas las publicaciones y materiales de publicidad. Así acostumbras al público a reconocerlo y fortaleces la marca.
Colócalo en redes sociales, tarjetas, correos y cualquier material promocional. Cada vez que alguien vea tu dirección, se refuerza la conexión con tu tienda.
Con tu propio dominio puedes configurar herramientas para medir visitas, clics, fuentes de tráfico y mucho más. Esto te permite entender de dónde vienen los clientes y qué páginas tienen mejor rendimiento.
Analizar estos datos te ayudará a tomar decisiones más acertadas y a ajustar campañas para lograr mejores resultados.
Shopify ofrece certificados SSL automáticos para dominios conectados. Esto hace que tu web funcione con “https” y se vea el candado en el navegador.
Además de brindar confianza, el certificado es importante para el SEO, porque Google prioriza los sitios seguros.
Si no se activa solo, revisa el panel y actívalo manualmente. No dejes pasar este paso.
Nunca compartas el usuario y la contraseña del panel de tu dominio con cualquiera. Solo personas de total confianza deben tener acceso.
Si alguien modifica registros sin permiso, puede redirigir la web a otro lado o dejarla fuera de línea.
También es recomendable cambiar las contraseñas de forma periódica y activar la verificación en dos pasos si tu proveedor lo permite.
Cuando elijas tu dominio, piensa en algo corto, fácil de pronunciar y que esté relacionado con tu producto o servicio.
Evita usar guiones, números extraños o combinaciones complicadas. Un nombre sencillo tiene muchas más posibilidades de ser recordado y escrito correctamente.
Si tu marca ya es conocida, lo ideal es usarla tal cual para mantener coherencia y no confundir a los clientes.
Si tu dominio está bien configurado, notarás que las campañas en redes sociales tienen mejor rendimiento. Las personas confían más y hacen clic con más facilidad en enlaces que tienen dominio propio.
Además, puedes usar tu dominio en links cortos y personalizados para que se vean más limpios y profesionales.
Un dominio propio te permite planear futuras expansiones, como abrir nuevas categorías o incluso nuevas tiendas bajo el mismo nombre.
También puedes crear subdominios específicos para mercados en otros países o para lanzamientos temporales. Esto ayuda a mantener el control total y la coherencia de tu marca mientras crece.
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